domingo, 26 de abril de 2015

La lucha contra la droga: Pretexto para militarizar, controlar y generar violencia en América Latina

En México son las Fuerzas Armadas quienes luchan contra el narcotráfico y la delincuencia organizada. Esto ha provocado graves violaciones a los derechos humanos. Entre diciembre de 2006 y mediados de septiembre de 2013, por ejemplo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió 8.150 denuncias de abusos cometidos por miembros del Ejército contra la población. 

Por otro lado, "según cifras oficiales publicadas en octubre de 2014, 22.610 personas habían desaparecido desde el 1 de diciembre de 2006, y a la fecha de octubre de 2014 seguían en paradero desconocido. Casi el 50 por ciento de esas desapariciones tuvieron lugar entre 2012 y 2014, durante el gobierno actual", indicó Amnistía Internacional en un Informe sobre desaparición forzada.



Hay que decir que EEUU ha destinado más de US$ 2.000 millones de ayuda a México a través de la Iniciativa Mérida, un paquete de medidas de asistencia acordado en 2007 sin plazo estipulado, para "contribuir a la lucha contra la delincuencia organizada".


Por otro lado, EEUU proporciona entrenamiento en la Escuela de las Américas a sus soldados, y da diversa ayuda y asistencia militar. 

Pero las consecuencias de la lucha contra las drogas, siguen siendo negativas no sólo en México, también en Centroamérica, Colombia y los mismos Estados Unidos. 

En marzo del 2006 la Ministra de Defensa de Argentina de entonces, Nilda Garre, señaló que “La Escuela de las Américas ha hecho mucho mal y aún sigue intentando impulsar dentro de las Fuerzas Armadas las hipótesis de la ‘lucha contra el narcotráfico, y lucha contra el terrorismo’. 

El coordinador de incidencia, Arturo J Viscarra, afirma: "La guerra contra las drogas, junto con otras consignas y tácticas atemorizantes, están siendo utilizadas por el gobierno de Estados Unidos, el Pentágono, y la policía para justificar el aumento del uso de las armas y las tácticas militares, con el fin de reprimir la disidencia y otros derechos humanos fundamentales. La desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa-México demostró, una vez más, que los desastrosos resultados de la ayuda y el entrenamiento militar en América Latina están vigentes".

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