sábado, 3 de octubre de 2015

El día que Occidente prefiere olvidar

El día que Occidente prefiere olvidar
Tomado de: Voltairnet.org
por Michael Jabara Carley

La OTAN pretende reescribir la Historia. Para ese bloque militar, la Segunda Guerra Mundial no fue un conflicto interno del capitalismo sino una lucha gloriosa de la democracia en contra del nazismo. Por ello, la Unión Soviética no pudo haber jugado un papel importante en el conflicto. Todo lo contrario, nos dicen que el régimen de Stalin mantuvo la más larga alianza posible con el Mal. Pero esa propaganda no coincide con los hechos.

¿Cúantas veces ha escuchado usted que el pacto de no agresión entre la Alemania nazi y la Unión Soviética se firmó el 23 de agosto de 1939? Ese día, Adolf Hitler y Josef Stalin, iguales como dos gotas de agua, dividieron el este de Europa desde el Báltico hasta el Mar Negro. Con ello se iniciaba la Segunda Guerra Mundial. Stalin apuñaló por la espalda a Gran Bretaña y Francia, las llamadas democracias occidentales, que en realidad eran los dos imperios coloniales más grandes del mundo

Si hay un Estado que merece ser condenado por haber saboteado la seguridad colectiva en los años 1930, es más bien Gran Bretaña y no la URSS. Los británicos rechazaron repetidamente propuestas soviéticas a favor de la creación de una alianza antinazi, o bloquearon el mejoramiento de las relaciones francesas con Moscú. Como ustedes saben, Francia, siempre actuó como un satélite de los anglosajones, entonces lo fue del Reino Unido, actualmente es un satélite de Estados Unidos.

De acuerdo con el periódico Manchester Guardian, a principios de 1939, la paz británica era «una manera inteligente de vender a los amigos para pagarle a los enemigos».

Hoy todo ha cambiado, pero nada ha cambiado. Durante los años entre guerras, el fascismo se hizo atractivo para las elites capitalistas asustadas ante el socialismo y la URSS. Y después de la Segunda Guerra Mundial, recuperó su poder de atracción ante las élites «liberales» de Occidente, primero de manera más o menos clandestina y hoy incluso oficialmente.


Hay muchas demostraciones en los Estados bálticos que conmemoran a los soldados de las SS que pelearon contra del Ejército Rojo del lado de la Alemania nazi. ¿Y qué decir de Ucrania? Allí se homenajea abiertamente al colaborador nazi Stepan Bandera e incluso a Hitler. Los camisas pardas de la derecha representan la vanguardia de la junta de Kiev, y derrocaron al gobierno electo de Ucrania en un golpe de Estado respaldado por Occidente. La Unión Europea y Estados Unidos lo niegan. Según ellos, hay sólo unos cuantos «elementos malos» en Kiev, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.

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