domingo, 31 de enero de 2016

La gran división: La contienda presidencial de EEUU es un reflejo de la creciente polarización de la sociedad

December 2015-January 2016 - 
Andrea Bauer
diciembre de 2015

¿Quién va ganando? Al escribir estas líneas, del lado del Partido Demócrata, la máxima operadora política, Hillary Clinton, se enfrenta al teóricamente “independiente” Bernie Sanders, el socialista del sistema. Del lado republicano, la competencia principal existe entre dos hombres que nunca han ocupado cargos políticos: el grosero, crudo misógino y racista Donald Trump, multimillonario gracias a su aprovechamiento de las leyes de bancarrota corporativa, frente a Ben Carson, un neurocirujano jubilado y fundamentalista cristiano que no cree en la evolución.
Los candidatos también representan la agudización de una tendencia según la cual la democracia capitalista, representada por el proceso electoral, se está volviendo cada vez menos democrática.
Las divisiones son el resultado del desplome del sistema. Es fácil ver cómo las inseguridades de las personas están creando profundas divisiones en los EE.UU. y todos los candidatos están tratando de sacar provecho de estos temores.
Tus beneficios se han reducido y estás preocupado de que puedas estar incluido en la próxima ronda de despidos en el trabajo: ¿culpas a Wall Street, por ejemplo, a Sanders? ¿O a China, India, y a los trabajadores inmigrantes, como Trump te anima a que lo hagas?
El escritor marxista George Novack asocia la polarización social con unas raíces profundas. Él explica en el libro Democracia y Revolución que dicha polarización surge de la naturaleza esencial de la democracia capitalista - que, como la economía capitalista, se ha incorporado en las contradicciones que finalmente la ofuscan y la llevan a su decadencia.
La democracia capitalista siempre les ha prometido a la clase trabajadora y a las clases medias los beneficios que el sistema de lucro no está diseñado para brindar. Siempre ha incluido mentiras e ilusiones, porque se trata de mantener una pequeña clase dominante a expensas de todas las demás - mientras finge que el sistema funciona para todo el mundo.
Novack hace hincapié en que el sistema se basa en dos cuestiones para mantener al 1 por ciento en el poder. Estas dos cuestiones son las instituciones de la fuerza y la represión - la policía, los tribunales, el ejército, etc. - además del adoctrinamiento. El componente ideológico está diseñado para persuadir a la gente de que el sistema capitalista es el mejor sistema posible, el cual les brinda la mejor oportunidad de una buena vida y el sistema más democrático. Y el proceso electoral es fundamental para mantener esta fe en la democracia.
Sin embargo, conforme pasa el tiempo, especialmente cuando la economía se degenera, el adoctrinamiento se desgasta. La gente empieza a preguntarse si no hay otra alternativa, después de todo, y el conflicto de clases se intensifica. Pero la respuesta a los tiempos difíciles y la desilusión no es la misma para todo el mundo; y se da la polarización. El status quo es desafiado por los socialistas y otros radicales de izquierda, y por demagogos reaccionarios e incluso por fascistas descarados de la derecha. Para mantenerse firme, recurre cada vez más a la policía, a la supresión de las libertades civiles y a la criminalización de las protestas.
El proceso electoral refleja los trastornos y las divisiones en la sociedad en general, y, a su vez, la demagogia populista de los políticos los agrava. Lo que vemos hoy en día no es nada nuevo; es la intensificación de la larga decadencia de la democracia capitalista, más o menos a la par con la economía capitalista - básicamente, la tendencia del sistema a irse al infierno.
Encuentra artículos previos sobre Bernie Sanders en www.socialism.com. Los próximos números del Freedom Socialist analizarán a otros candidatos con más detalle y ofrecerán recomendaciones.

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