martes, 25 de octubre de 2016

“El pez por la boca cae”

Tomado de: Radio Marginal
Si bien es cierto, la frase versa “El pez por la boca muere” en este caso no hay necesidad de exagerar. Pretendo parafrasear el dicho popular para opinar sobre la respuesta de Javier Corral frente a lo que en stricto sensu resultó su primera represión a la clase trabajadora de Chihuahua.
Definitivamente restó méritos, acortó su margen de acción. Sin ánimos de darle correspondencias ni características máximas, como panista que es y corresponsal de cierta clase empresarial, Corral llegó a la gubernatura con cierto crédito social. Comprado, manoseado o de interés abierto, como se le desee nombrar, pero con solvencias suficientes dentro los espacios alejados y/o distantes del uso de la violencia como medio de intermediación a los conflictos políticos, sociales y/o laborales, o al menos dicho de palabra.
A partir de hoy, después de su respuesta ante la primera manifestación que le tocó vivir como gobernador de Chihuahua, su carácter autoritario y violento le acompañará por delante. Él podrá escudarse, como lo ha hecho, en primera, minimizando el problema diciendo que quienes dirigen, tutelaron dicho movimiento, semejante caos vial, periódicos como el Heraldo sumaron cifras arriba de las 5,000 personas afectadas, eran gente de su archí-enemigo Cesar Duarte.
Suponiendo sin conceder, dicen que dicen en el ámbito de las y los abogados, que tuviese razón, que fuese cierto. Que las protestas y descontrol popular hubiesen sido manejadas desde maniobras priístas: ¿Esta es la manera de atenderles? ¿Así contra-restará las desavenencias? ¿No fue eso, una de las cosas que criticó en su campaña contra Duarte?
El tema del transporte público (ViveBus) volvió a dar de qué hablar. Al límite de su primera quincena como gobernador de Chihuahua, recordemos que la toma de posesión oficial se llevó a cabo el pasado 4 de octubre, Javier Corral mandó reprimir una incómoda manifestación de chóferes y mecánicos que pusieron en caos vial las principales arterias del centro de la ciudad el pasado martes 18.
El nuevo gobernador panista no tuvo Luna de Miel.
De manera discutible, si ustedes quieren, considero que Javier Corral fue empujado por los escenarios. En menos de un mes, una vez como gobernador, tuvo que responder de manera opresora con el uso de la fuerza pública (chota militarizada), ante la exigencia y demanda de arriba de 100 chóferes y otros tantos mecánicos y trabajadores relacionados con el estatus del sistema de transporte (ViveBus), heredado de la administración Duartista. Es entendible, que Javier Corral quiera excusar su ineptitud y carácter de clase calificando manifestaciones y protestas legítimas e ilegítimas. No justificable para quienes se dicen estar del lado de las clases trabajadoras.
No creo del todo que Javier Corral haya querido responder de esta manera en tan corto tiempo, insisto, no se trata de dudar de su condición de clase, ni mucho menos de sus adhesiones ideológicas y políticas. El señor gobernador es un adulto y como tal debiera ser responsable de sus actos, de tal suerte que no dudo en que Corral supiera que tarde que temprano con gusto llamaría a la fuerza pública para reprimir. No obstante dudo que lo hubiese querido hacer en menos de un mes de ocupar la silla gubernamental.
El Sistema de Transporte, ahora ViveBus, vino a representar una especie de tubería urbana en donde últimas administraciones gubernamentales drenaron parte de su bullshit. Dentro de mi corta memoria, el sistema de trasporte local se barajeó desde los tiempos del primer triunfo panista con Francisco Barrio. De cierta manera, es descifrable que ahora que regresó el PAN a la gubernatura, parte de los desechos vayan brotando. Definir a quién corresponde mayor o menor responsabilidad, si al PRI o PAN, no corresponde a los méritos del texto. Lo que sí corresponde es recordar que como siempre o casi siempre quienes terminaron pagando los platos rotos, fue el pueblo de Chihuahua.
Al morder el anzuelo, el pez quedó a merced del pescador. Se trata de una advertencia quizá. Al tiempo iremos viendo como Javier Corral además de ser buen orador y hurgar discursos y frases de izquierda, es bueno pal garrote. En otros tiempos las personas llamaban a personajes tipo Corral, como aquellos que discursan y firmar con la izquierda, pero cobran con la derecha.


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