martes, 14 de febrero de 2017

La grilla es de quien la trabaja

Febrero 2017, Chihuahua capital
La Historia es de quien la escribe…,
y la grilla, también.
Por: Tarikles
La grilla es de quien la trabaja

En el argot de quienes andamos en el güiri güiri, las argumentaciones y discusiones políticas de corto recurso económico, la frase la grilla es de quien la trabaja cobra sentido.

Oportuno hacer presente la opinión de que todo es político. Efectivamente, para algunas personas la frase calará en sus oídos. Aludirán a que cala porque aburre ¡aun así!, seguirá resultando un posicionamiento político.

“El peor analfabeto es el analfabeto político. Él no oye, no habla ni participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado y de las medicinas dependen de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan animal que se enorgullece e hincha el pecho al decir que odia la política (...)”. Bertold Brecht

La política es algo más que las discusiones aristotélicas e incluso algunas académicas y no por contradecirles sino por pretender ubicarle en el aquí y el ahora. En otras palabras, es lo perteneciente a la actividad política o relativa (sic), a su actividad. La política, además del común dicho de referirse a una persona, que interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado, resulta de una actividad que implica a todas las partes y personas de una comunidad, grupo o círculo afín.

Las expresiones y discursos sobre una supuesta neutralidad o nula participación con respecto ciertas acciones, doctrinas, situaciones y/o personas terminan siendo un engaño. De ahí la enorme creatividad humana de asemejarle con el arte, doctrina o manera de gobierno en bien del Estado, repasando a Maquiavelo. La actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos, debería ser correspondiente a la actividad de las y los ciudadanos cuando intervienen en los mismos asuntos con su opinión, su voto o de cualquier otra forma.

Considerar arte o traza a la manera en cómo se conduce un asunto y hacer valer los medios para lograr su fin esperado. De la misma forma, reconocerle como aquella fuerza sinónima de orientaciones o preceptos que rigen el desempeño de una persona o entidad en un propósito o campo explícito, definitivamente es política. Así pues, la manera de contar las cosas, la forma de relatar los hechos y la cualidad de describir los acontecimientos están imbricadas políticamente.   

Walter Benjamin (filósofo alemán de principios del siglo XX), resignificó, entre otros, que la forma en cómo se ve el pasado depende de quién cuenta la historia. En dicho autor, se resume la crítica que llevó a que historiadores se fijaran más en las y los "vencidos". La muchedumbre que habitualmente no era tenida en cuenta en la historiografía, ya que han sido excluidos del poder, para hacer oír su voz y/o contar su versión de los hechos (p. ej., las minorías, las mujeres, las y los marginados en general).


¡A contar otra historia!  

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